sábado, 21 de diciembre de 2013

Museos vacios y poemas perdidos.




PAISAJE DESOLADO
De Timoteo Pérez Rubio.



Esta luz sin edad, que nace muerta
Esta luz oprimida, sin aliento
Común a otro día, también a otra ciudad
Igual a otro momento
Nunca ha sido tan triste
El dolor va en aumento
Nació cuando la duda, y fue creciendo
Hasta hoy sin saberlo
Ahora ya una aguda conciencia
Mata las esperanzas en su vuelo
Porque tú ya no existes
Porque tú ya estás muerto
Este suelo plomizo paralelo al asfalto
Igual que otro cielo.
Me cierra el universo, me deja preso
Solo, prisionero de mi soledad.
Recentar no es posible la feliz ventura
El leudo quedó seco, lo que fue contigo se secó
Siempre supieron concebirte a imagen de su angustia
Y yo no encuentro, ni siquiera la palabra,
Para el dolor de haberte ido perdiendo.


 Un sábado por la mañana de este mes de diciembre visité el MEIAC. No sé la razón pero el museo estaba vacio. Tanto, que la encargada me encedió las luces de la única sala que permaencía abierta. Se trataba de los fondos que poseen de los pintores extremeños Godofredo Ortega Muñoz y Timoteo Pérez Rubio. El hecho de que me iluminase aquel enorme espacio circular para mi solo me produjo sentimientos extraños. Por un lado estaba deseando salir corriendo porque no me creía merecedor de ese honor,  pero, por otro, me sentía obligado a observar con más detalle cada una de las obras. Y así en esa visita apresuradamente detallada descubrí en  una vitrina, junto a otros papeles personales de D. Timoteo, este poema, que no tuve más remedio que copiar en mi libreta. Se nota que quien lo escribió fue un pintor.

Rosa Chacel pintada por Timoteo Pérez Rubio